Hace 20 años era inimaginable que dos jefas de buque dirigieran una obra en un astillero, que una joven se formase como tornera en una empresa de mantenimiento industrial o que un grupo de mujeres ejercieran como soldadoras en la fabricación de equipos para grandes embarcaciones. Estas viejas fantasías son hoy realidades y están ocurriendo en Cantabria. Astander, Mademan y Fernández Jove, empresas asociadas al Clúster Marítimo de Cantabria – MarCA, albergan estos tres casos paradigmáticos a la hora de mostrar que la industria marítima no es solo cosa de hombres.

Desde su fundación en 2017, el clúster cántabro ha respaldado el objetivo del sector a nivel internacional de romper con los estereotipos de género. Así lo refleja uno de los ejes de su Plan Estratégico: “impulsar la integración e inclusión en las actividades de la economía azul de todos los ciudadanos y grupos sociales, en especial de las mujeres”. Precisamente el año pasado, la Organización de Naciones Unidas y la Organización Marítima Internacional dedicaron el Día Mundial de los Océanos y el Día Internacional de la Gente de Mar a fomentar la participación femenina en el sector.

Elisabeth García y Ana Peñil, jefe de buque y responsable de Acero en Astander

“En nuestro caso la tendencia es al alza y de manera constante,” explica Iván Cano, responsable de RR.HH de Astander. “El papel de la mujer en el astillero ha pasado de ser «residual» hace 20 años, a «ocasional» hace 10, y «habitual» a día de hoy, que contamos con mujeres en todos los departamentos, incluyendo el de Producción”. En febrero de este año Astander desarrolló una obra en la que las dos jefas de buque han sido mujeres, “los clientes ya tienen esta circunstancia totalmente naturalizada”.

Ocurre igual en las instalaciones de Mademan, donde ya se ha normalizado que haya una mujer aprendiendo el oficio de tornera, como parte de un plan formativo con la meta de convertirse en jefa de equipo. “Al principio fue una novedad: habilitar un vestuario femenino, supervisar que hubiera una buena integración en el grupo…” dice Rafael Rodríguez, director de RR.HH y RSC de la compañía. “Pero no solo no ha habido problema, sino que ha fomentado el compañerismo”, explica.

El gerente de la empresa de ingeniería Estudio de Fluidos, Iván Serrano, hace gala de contar con un equipo paritario. Explica que en la industria hablan mucho con departamentos de Mantenimiento y Compras y notan con satisfacción que ha crecido la presencia femenina. “En Compras siempre la hubo,” dice, “pero los de Mantenimiento, donde hay que estar al pie del cañón, tradicionalmente eran un círculo cerrado y ya tienen en algunos casos mujeres como responsables”.

Cano, Rodríguez y Serrano coinciden en que el talento femenino “siempre ha estado ahí” y que lo que ha cambiado ha sido “la perspectiva de muchos hombres a la hora de enfocar la sociedad”. Por ello, los tres consideran que, cuando los cargos ejecutivos que toman decisiones de contratación pertenezcan a la siguiente generación –y ya hayan compartido estudios y vida laboral con mujeres– será mucho más sencilla la decisión de apostar por ellas.

La sociedad cambia y la industria también

“Hemos ido consiguiendo cosas que cuando yo entré aquí hace 16 años eran impensables,” dice Yasmina Elourad, directora nacional de la línea de Edificación de Eurocontrol, que opera también en construcciones marítimas. “Ahora cada vez veo más presencia de ingenieras, arquitectos, jefas de obra…”. Tras su experiencia, cree que “tiene que haber más mujeres en la industria para que se desarrollen las políticas de conciliación y ámbito familiar” y, a su vez, “cuanto más se garanticen estos derechos sociales más mujeres vendrán”.

Marta Quirce, de Mademan Group, trabajando como responsable de Operaciones en el astillero

En esa línea, Olga Dasgoas, CEO de Grupo FAED, comenta que “durante muchos años las mujeres, especialmente casadas y con hijos, no competían en las mismas condiciones. Afortunadamente el modelo doméstico está cambiando”. Además del desarrollo social, señala el propio desarrollo de la industria como palanca para cambiar las ratios de mujeres y hombres en las empresas marítimas: “Con la llegada de la industria 5.0 hay puestos industriales robotizados y digitalizados donde ya no se depende de la fuerza física y donde las mujeres pueden entrar perfectamente”.

La trabajadora de RR.HH del Grupo Fernández Jove Marta Sánchez está de acuerdo en que “la tecnología nos va ayudar a igualar la presencia de la mujer en el sector marítimo”. Su empresa ya cuenta con profesionales soldadoras, por ejemplo, y tuvo durante varios años una responsable de fábrica mujer. “Tenemos que mostrar a las niñas que pueden dedicarse a lo que quieran, y es responsabilidad de las empresas que esa ambición tenga una acogida real”.

Educación y empoderamiento

Por su parte, Beatriz Sancristóbal, directora general del Centro Tecnológico CTC y secretaria del Clúster Marítimo de Cantabria, puede presumir de ser una mujer al mando de una plantilla con prácticamente un 50% de mujeres. “La ingeniería naval, así como la innovación tecnológica, se siguen considerando ámbitos más para hombres que para mujeres,” reconoce. “Creo que es labor de toda la sociedad, pero especialmente de todas las que ya estamos trabajando en el sector, compartir nuestra experiencia con las más jóvenes para mostrar que es posible”.

En un momento donde la mayoría de empresas de la industria marítima tienen problemas para encontrar personal cualificado, es evidente que abrir el abanico al género femenino es, además de justo, necesario.

“Es cierto que se trata de un sector tradicionalmente masculino, pero cada vez se nota mayor presencia femenina a todos los niveles”, señala el presidente del clúster MarCA, Juan Luis Sánchez. “Este camino hacia la igualdad resulta un hito imprescindible para la modernización de la industria marítima, en Cantabria y en el mundo”.

Estimular la vocación de las jóvenes para que enfoquen sus carreras a disciplinas técnicas o a la formación profesional, así como normalizar la presencia femenina en el sector a todos los niveles, son algunos de los retos principales que el clúster MarCA se propone resolver a medio plazo. Aunar esfuerzos para que, pronto, el hecho de que haya mujeres en el sector marítimo ya no sea una noticia.

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